Prescriptores. Los que se juegan su prestigio por ti

Este año, mi hija ha tenido el apoyo de un profesor para sacar adelante la asignatura de Física Cuántica. Ha conseguido superar la prueba y ella quiso agradecérselo dejando un comentario en su web.

Esto, que no deja de ser una anécdota, es algo que cada día veremos con más frecuencia. Ya no sólo ponemos estrellitas y comentarios a un restaurante o un espectáculo, también lo hacemos con profesionales.

Evidentemente el comentario de cada persona tiene un peso en función de su prestigio y del canal en el que lo comparte. Ya sabes aquello de que no hay nada más falso que una recomendación en LinkedIn. Sin embargo, siempre viene bien que alguien hable bien de tu trabajo.

Si vas a pedir o, mejor aún, recibir recomendaciones sin pedirlas, aquí tienes algunas ideas.

La credibilidad de terceros es más poderosa que cualquier cosa que digas de ti mismo

En un mundo de autopromoción, destaca dejando que otros hablen por ti. Los prescriptores, voces respetadas en tu nicho, son tus embajadores de confianza. Su aval genera credibilidad y confianza, abriendo puertas a nuevas audiencias.

Construye relaciones auténticas con ellos, ofreciendo valor genuino antes de pedir algo a cambio. Solicita testimonios, reseñas o menciones en sus publicaciones para amplificar tu mensaje.

Invierte en prescriptores y observa cómo tu Marca Personal multiplica su fuerza.

Las recomendaciones generan confianza

Imagina que eres un editor, un cliente o un empleador. ¿En quién confiarías más? ¿En alguien que habla maravillas de sí mismo, o en alguien que cuenta con el respaldo de personas en las que ya confías?

Todos hemos estado ahí. Dudamos, nos preguntamos si la persona que tenemos delante es realmente la adecuada. Pero, ¿qué pasa si esa persona llega con una carta de recomendación de alguien que ya conocemos y respetamos? De repente, todo cambia. Nos sentimos más seguros, más tranquilos.

Esa es la magia de las recomendaciones. Son como un sello de aprobación, una garantía de que la persona que estamos considerando ha sido puesta a prueba y ha demostrado su valía. Y lo mejor de todo es que provienen de fuentes independientes, personas que no tienen ningún interés personal en el asunto.

Así que, si quieres ganarte la confianza de tus clientes, editores o empleadores, no te limites a hablar de tus logros. Busca el respaldo de personas que ya te conocen y confían en ti. Verás cómo tu índice de conversión se dispara.


Las referencias son el resultado del trabajo bien hecho

Las referencias son como los premios que te ganas después de haberte currado tu red de contactos y haber cultivado tus relaciones. Son la recompensa por todo el esfuerzo que has invertido. Son como la fruta madura que te has ganado a pulso.

Pero no te creas que aparecen de la nada. Para que te lleguen esas referencias, tienes que haber sembrado antes. Es como plantar un árbol: primero tienes que echar las semillas, luego regarlas y cuidarlas con mimo. Y solo cuando las condiciones son las adecuadas, empezarás a ver los frutos de tu trabajo.

Estas referencias no son cualquier cosa, ¿eh? Son como un certificado de calidad, un reconocimiento de que lo estás haciendo bien y que la gente confía en ti. Además, son un subidón de autoestima. Especialmente si no las has pedido.

Así que, si quieres que te lluevan las referencias, empieza por cuidar tus relaciones. Y cuando te lleguen, aprovéchalas a tope. Úsalas para darte a conocer, para conseguir nuevos clientes y para seguir creciendo. Que para eso te las has ganado.

Las referencias tienen diferente peso en función de la reputación o nivel de quién las haga

No todas las referencias son iguales. Imagina que quieres comprar un coche nuevo. ¿A quién le darías más crédito? ¿A tu vecino que te cuenta su experiencia con un modelo similar, o a un piloto de carreras que ha probado ese coche en circuitos profesionales?

Lo mismo ocurre con las referencias en tu marca personal. El peso de una recomendación depende de quién la haga. Un testimonio de un cliente satisfecho es valioso, pero un respaldo de un líder reconocido en tu industria puede catapultar tu reputación a otro nivel.

Piénsalo como una pirámide de influencia. En la base están tus clientes y colegas, cuyas opiniones son importantes, pero tienen un alcance limitado. A medida que subes, encuentras a expertos, líderes de opinión e incluso celebridades, cuyas palabras tienen un impacto mucho mayor.

Por eso, es crucial cultivar relaciones con personas influyentes en tu campo. Asiste a eventos, participa en conferencias, comparte contenido relevante y ofrece tu ayuda siempre que puedas. Nunca sabes cuándo una simple conversación puede convertirse en una poderosa referencia que impulse tu marca personal.

No se trata solo de acumular testimonios, sino de obtener respaldos de personas que realmente importan en tu nicho. Esas son las referencias que marcarán la diferencia y te abrirán las puertas a nuevas oportunidades.

Si tienes la suerte de conseguir referencias de tus Prescriptores, utilízalas

Comparte las referencias positivas de tus prescriptores en tu web o blog (sección de testimonios, estudios de caso, página «Sobre mí»), redes sociales (LinkedIn, Twitter, Instagram), plataformas de reseñas y medios de comunicación. Si participas en eventos, menciónalas en tus presentaciones.

Pide permiso antes de publicarlas, elige las más relevantes y mantenlas actualizadas.





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