En muchas ocasiones he comentado en mi blog y en mis cursos que no soy partidario de hablar de cuestiones privadas en un espacio profesional como este. Cuando digo PRIVADAS, me refiero a cuestiones que entran en el ámbito más íntimo de las personas. Aspectos de tu vida que no tiene sentido que expongas a personas que no te conocen ni saben cuales son tus circunstancias. Todavía tiene menos sentido
Si me sigues, me habrás leído más de una vez que no me gusta escribir. La realidad es que me da mucha pereza ponerme delante de un papel o una pantalla para contar cosas. Pero también es cierto que una vez que empiezo, ya ni lo pienso. Y cuando he terminado lo que tengo que hacer, es la leche. Creo que he conseguido una cierta habilidad para juntar palabras, lo
No es ningún secreto que una de las cosas de mi trabajo que se me hace más pesada es escribir. Si, ya sé que puede sonar raro para una persona que ha escrito unos cuantos libros y que publica disciplinadamente sus dos posts de ochocientas palabras cada semana. Pero es así. Escribir se me «hace bola». Pero también es cierto que hay algo que repito con frecuencia y es que,
Lo reconozco, lo admito, mea culpa, soy un criticón, un contreras. Tengo tendencia a identificar problemas y a encontrar lo que creo que está mal en cosas que otros ven perfectas. Y lo peor (o lo mejor) es que se me da bien y a muchos les gusta lo que digo y cómo lo digo. También debo decir que, desde hace tiempo, estoy haciendo lo posible por corregirlo, pero de
Tengo que empezar diciendo que me siento muy identificado con la frase, «lo que no son cuentas, son cuentos». Es decir, que cuando se trata de temas profesionales o empresariales, tratar de edulcorar o adornar una situación a base de historias, me parece una sutil forma de manipulación. Supongo que por eso estudié Química y no Literatura. Así que, toda esa repentina obsesión por el «Storytelling», creo que trata de
En las últimas semanas se han puesto en contacto conmigo varias empresas del mundo de R2H2 para tratar varios temas. En todos los casos se trataba de un primer contacto, así que, todavía no sabíamos de qué pie cojeábamos cada uno. Pero había un elemento común en todos ellos y es que hablaban recursoshumanés, es decir, utilizaban ese lenguaje recargado y absurdo que han ido desarrollando los de esa profesión.
Si, lo sé, pedir opinión a otros sobre lo que hacemos es algo que asusta. Sin embargo, si quieres saber como te perciben los demás, no te queda otra. En realidad, desde que tenemos presencia en lo dospuntocero, ya estamos recibiendo algún tipo de información sobre la forma en que otros juzgan lo que hacemos. «Me gusta», «RTs», «Corazoncitos», visitas a tus sitios web, comentarios en tu blog, estrellas en
Suelo decir que el Currículo no es una buena herramienta para demostrar tu valor porque se limita a decir lo que haces, pero no demuestra nada y, además, es poco fiable. Entonces, si queremos que alguien nos tenga en cuenta para un empleo, un proyecto o una oportunidad profesional, ¿Cómo podemos superar esa barrera de desconfianza? Pues mostrando de todas las maneras posibles aquello que decimos que podemos hacer. Afortunadamente
La primera cosa que hago cuando voy a escribir un libro es crear un documento en bruto con la información que he ido acumulando sobre el tema durante meses o años. El problema para mí no es la falta de material sino el exceso de este. Por eso creo que, en estos tiempos, el mérito no está en dar mucha información sino en seleccionar la relevante. Por ejemplo, con mi
Suelo decir que lo más importante para comunicar tus ideas ya lo tienes. Me refiero a hablar y escribir, es decir, a utilizar la comunicación verbal. A pesar de la tecnología que nos invade, al final todo pasa por la palabra, incluso en canales tan visuales como Instagram. Sin embargo, constantemente me encuentro a personas que, a la hora de utilizar la comunicación verbal, debilitan terriblemente la huella que dejan.