Marca Personal: El continente se comió al contenido

Pues ya estaríamos de vuelta y es el momento de cambiar muchas cosas. Pero déjame que te cuente algo que he percibido este verano y que me ha confirmado algunas ideas.

Una pequeña historia de postureo

Durante los meses de julio y agosto tengo la costumbre de ir a la playa al amanecer y dar un buen paseo. Todos y cada uno de los días de esos meses.

Año tras año somos los mismos habituales quienes nos vemos las caras en esos paseos.

Desde hace ya algunos veranos es habitual ver gente haciendo fotos del amanecer y algunos «selfies». Pero el año pasado y especialmente este, aquello se ha convertido en un festival de personas poniendo posturitas, morritos y escenas que están entre lo patético (personas con una edad imitando a modelos) y lo indecente (crías preadolescentes que más pronto que tarde se arrepentirán de lo que han captado y compartido).

Así que, los habituales de esos paseos tenemos que cambiar nuestra trayectoria cada 20 metros para no tragarnos a alguno de esos modelos aficionados.

Eso está alineado con los perfiles que luego vemos en Instagram. Si te fijas, en verano, todo son fotos personales de viajes, sonrisas y postureo.

Repito lo que digo siempre, cada cual puede y debe hacer lo que le apetezca (dentro de la legalidad y el respeto a los demás). Sin embargo, en lo que atañe a mi negociado, hay una conclusión clara.

No es la imagen personal, es la huella

Internet en particular y la sociedad en general se ha empeñado en que lo importante es lo que muestras de ti, no lo que aportas. Por eso, vemos muchas imágenes de personas, pero hay poca sustancia.

Una de las cosas que más pena me da de la evolución de la Marca Personal es que, desgraciadamente, se ha acabado asumiendo que lo importante es lo de PERSONAL en el sentido de que el individuo es el protagonista «porque yo lo valgo». Pero lo fundamental es lo de MARCA, en el sentido de HUELLA, legado, sello, contribución. Las personas sólo somos un medio, un instrumento, un canal para generar un cambio.

Se llama Marca Personal porque somos Personas y no empresas u organizaciones las que dejamos huella, no porque nuestro careto y nuestro cuerpo serrano esté en todas partes.

Creo que la decadencia de los blogs y el auge de los Instagram, TikTok y similares va por ahí. Lo importante ya no es lo útil que puedas aportar sino que se te vea en todas partes, aunque nadie sepa lo que hay detrás de ese caparazón.

Ya digo que cada cual puede hacer de su capa un sayo, pero si damos un enfoque profesional a lo que mostramos, deberemos si no eliminar, al menos equilibrar el valor que queremos que asocien con nosotros y nuestra faceta más privada.


No era mi intención hacer un preámbulo tan largo en esta primera publicación de la temporada, pero me sirve como declaración de intenciones.

Más contenido útil, menos opinión

Quizás este post no es precisamente el mejor ejemplo de lo que voy a decir, pero mi intención a partir de ahora es eliminar o reducir al mínimo las opiniones personales. Si te fijas, Twitter se ha convertido en un enorme productor de ruido generado por las filias y fobias de los participantes. Incluso hasta lo desagradable. Pero creo que si hay algo que empieza a sobrar es esa sensación de que «tenemos que» opinar de todo.

Pienso convertir este blog en un espacio en el que compartir lo que he aprendido, aprendo y aprenderé «de lo mío» y dejaré mis opiniones personales en el ámbito privado.

Recuperar el espíritu del blog

Aunque sé que finalmente no lo haré, constantemente me planteo eliminar mis cuentas de FB, IG, incluso TW. Pero hasta que eso ocurra, quiero recuperar la idea inicial de lo que era una bitácora, un blog. Es decir, un lugar en el que compartir tus ideas, experiencias y aprendizajes con una cierta regularidad.

Así que, quizás abandone mi costumbre de publicar los martes y viernes para hacerlo cuando tenga contenido que compartir. Curiosamente tengo tanto contenido acumulado quizás publique con más frecuencia.

Salir de la autopista y coger caminos secundarios

Durante el curso pasado, algunas personas me comentaron que me había vuelto muy dócil, que había perdido esa vena radical con la que empecé. Y creo que tienen razón.

Hay una cosa que he aprendido estos años, y es que se pueden tener ideas «locas» pero se pueden transmitir sin ofender ni atacar a nadie. Ese es el camino que pienso seguir, pero es el momento de salir de los canales «políticamente correctos».

Recuperar la misión inicial, la LIBERTAD

Creo que he dicho aquí en unas cuantas ocasiones que lo de la Marca Personal no es más (ni menos) que un instrumento para ser más libres. Si te perciben como más valioso, tienes más opciones de elegir y por lo tanto eres más libre.

Con el tiempo, y a medida que el concepto de Marca Personal se ha ido adulterando, esa idea de libertad se ha difuminado, incluso ha ido en dirección contraria porque parece que «tienes que comportarte» según indican los talibanes dospuntocero. Pero por otra parte, he ido asumiendo que hay que dar otro enfoque a todo lo aprendido estos años y recuperar aquel espíritu libertario.

Por eso, este año voy a dedicarme prácticamente de lleno a un concepto que ya ha surgido por aquí, me refiero a los Profesionales Libres.

Espero que este sea el último (o penúltimo) post con el enfoque de los últimos años.

Tal y como están las cosas, necesitamos un nuevo modo de pensar y actuar que aumente nuestros grados de libertad. Si, la Marca Personal será un elemento de esa Estrategia para Profesionales Libres que quiero compartir, pero hay muchos otro elementos. Pero eso será a partir del próximo post.





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